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Técnica de enraizamiento RETEEVO

  • Foto del escritor: telescoagustina
    telescoagustina
  • 9 oct
  • 3 Min. de lectura

A veces la mente se acelera, las emociones se agitan y sentimos que perdemos el centro.

Esta práctica llamada RETEEVO nos ayuda a volver al aquí y ahora, usando el cuerpo, los sentidos y la respiración como anclas.

No se trata de “controlar” lo que sentimos, sino de sostenernos con ternura mientras nos reencontramos con el momento presente.

Antes de empezar tómate un momento para puntuar tu nivel de activación emocional. (Escala del 1 al 7)

¿Cómo la percibís?¿Qué sensación tenés? (Por ejemplo, podría ser una sensación corporal, querer llorar, una emoción de rabia o impotencia,etc).

El truco está en observar esto antes de reaccionar emocionalmente de una manera exagerada, o durante la sobrecarga emocional.


Meditación guiada: 

Volver al presente con suavidad

Tómate un momento para ponerte cómodx.

Podés sentarte o quedarte de pie, como prefieras.

Suavemente, cerrá los ojos o dejalos descansar en un punto frente a vos.

Vamos a recorrer juntxs una práctica para volver al presente… con amabilidad.


R — Respiración

Llevá tu atención a la respiración.

No tenés que hacer nada especial, solo notar cómo el aire entra y sale.

Sentí el movimiento del pecho, del abdomen, el ritmo natural del cuerpo.


Inhalá profundo…

y exhalá lento…


Con cada respiración, soltá un poco más de tensión.


Puedes decir mentalmente: 

“Con cada respiración, regreso a mí.”


E — Emoción

Ahora, llevá tu mirada interior hacia lo que estás sintiendo.

Quizás haya una emoción presente… tal vez varias.

No hace falta entenderlas ni cambiarlas.

Solo reconocelas con ternura.

Preguntate:

¿Qué estoy sintiendo ahora?

¿Dónde lo siento en mi cuerpo?


Puedes decir mentalmente: 

“Honro lo que siento.

Todo lo que aparece en mí merece ser mirado con amor.”


T — Tacto

Llevá las manos a alguna parte del cuerpo que necesite presencia:

Puede ser el pecho, el abdomen o los brazos.

Sentí el calor, el contacto, el pulso.

Podés frotarte suavemente los brazos o el rostro,

como un gesto de cuidado hacia vos


Puedes decir mentalmente:

 “Estoy aquí, en mi cuerpo.

En este momento, estoy a salvo.”


E — Escucha

Dejá que tus oídos se abran al entorno.

Escuchá los sonidos cercanos, los lejanos, el silencio entre ellos.

No los nombres, no los juzgues.

Solo escuchá… como si cada sonido fuera una ola que pasa.


Puedes repetir en tu mente:

“Escucho la vida tal como es,

y me dejo acompañar por su ritmo.”


E — Estiramiento (intencional)

Ahora mové tu cuerpo con suavidad.

Estirá los brazos, rotá los hombros, mové el cuello despacio.

Dejá que el cuerpo se exprese, que suelte lo que ya no necesita.

Cada movimiento es una forma de decir:


“Estoy viva.

Habito este cuerpo con presencia y amor.”


V / O — Vista / Olfato

Si tenías los ojos cerrados, podés abrirlos lentamente.

Mirá a tu alrededor con ojos nuevos.

Notá los colores, la luz, las formas.

Percibí los aromas del ambiente o el aire que entra por tu nariz.

Nada que analizar, solo observar y oler con curiosidad y gratitud.


Puedes decir con tu voz interior: 

“La belleza está aquí, en este instante simple.”


Cierre

Volvé a tu respiración…

Notá cómo estás ahora. Vuelve a puntuar como te sientes. 

Quizás más tranquila, más presente, o simplemente más consciente.

Sea como sea, agradecete por haberte regalado este momento.

Conecta con tu voz interior: 

“Estoy aquí.

Respiro.

Y eso es suficiente.”




Con amor, Agus

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