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Música: vibración, emoción y presencia

  • Foto del escritor: telescoagustina
    telescoagustina
  • 22 ago
  • 2 Min. de lectura

La música es vibración hecha armonía. Cada nota viaja y se posa en nuestro cuerpo —acompaña la respiración, se enlaza con los latidos, suaviza o despierta la tensión de los músculos—, y también toca nuestro mundo interno, despertando recuerdos, imágenes y emociones.


Por eso, la música puede ser un puente hacia el bienestar:

  • Acompaña a nuestro sistema nervioso, regalándonos calma con ritmos suaves o llenándonos de energía con melodías más vivas.

  • Nos ayuda a reconocer y nombrar lo que sentimos, como si la letra y la melodía pusieran palabras y color a nuestras emociones.

  • Nos trae al presente, invitándonos a habitar el instante a través de lo que escuchan nuestros oídos, lo que siente la piel y el movimiento del cuerpo.


Cuando la elegimos con intención, la música se convierte en una práctica de mindfulness en movimiento: un espacio para observar sin juzgar, respirar al compás del sonido y permitir que las emociones se expresen y encuentren su cauce con suavidad.


Herramienta de mindfulness: 


Canta una canción


Utiliza esta herramienta en aquellos momentos en los que te sientas estresado, angustiado o emocionalmente desregulado.


Toma una postura cómoda, decide el volumen y elige si prefieres sacar la voz o repasarla en tu mente con tu voz interior. Escoge una canción que te guste, que te haga sentir bien y de la cual te sepas la letra o te la aprendas.


Siembra una intención: “Canto para estar presente y cuidar de mí”.


Realiza un check rápido, puntuando del 1 al 7 el nivel de ansiedad o activación emocional que sientes en este momento.


Luego de un instante de conexión con tu respiración, dedícale toda tu atención a la melodía, y a la letra si la tiene. Tararea y conecta con las vibraciones de tu pecho y tu garganta. Canta palabra por palabra, de principio a fin.


Permítete conectar con la emoción que esa música despierta en tu interior.


Lleva las manos a tu corazón, muévelas, mueve tu cuerpo y deja que la vibración y la energía de la música te brinden estabilidad.


Al finalizar tu canción, vuelve a hacer un check, puntuando del 1 al 7 el nivel de activación emocional que sientes ahora.


Recurre a esta técnica todas las veces que lo necesites. Recuerda que las prácticas tienen mayor eficacia cuando las entrenas y te las apropias en momentos de estabilidad y calma. Usa la música como tu aliada.


Con amor, Agus.


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